Traducción al Español: Daniel Schulman
[Los siguientes párrafos corresponden a la sección Vaieshev ]
111. Dos montes dependen de este misterio, como está escrito: «Pondrás la bendición sobre el monte Grizim, y la maldición sobre el monte Eval» (Dvarim/Deuteronomio 11:29). Estos corresponden a los dos grados, UNO LLAMADO ‘BENDITO’ Y EL OTRO ‘MALDITO’. ESTOS MONTES TAMBIÉN, uno es llamado ‘maldito’ y el otro ‘bendito’. Shimón y Leví son del lado del Juicio Severo, y de este Juicio severo y riguroso, surge la ira maldita, QUE ES LLAMADA ‘MALDITA’.
112. Ven y mira: del lado del Juicio Severo, la ira se desplaza en dos direcciones, una bendita y otra maldita.
Del mismo modo, dos hijos salidos de Itzjak, uno bendito y el otro maldito, arriba y abajo. Cada uno fue hacia su propio lado. Uno habitaba en la Tierra Santa, mientras que el otro estaba en el monte Seir, como «diestro en la caza, hombre del campo» (Bereshit/Génesis 25:27). Uno habitaba en un lugar de desolación y ruina, mientras que el otro “vivía en tiendas» como debía ser.
113. Por lo tanto, cada uno de los dos grados, bendito y maldito, se destina a su propio lado. Del primero llegan al mundo todas las bendiciones desde Arriba y abajo – toda la bondad, la iluminación, la redención y la salvación. Del último vienen todas las maldiciones, la ruina, la sangre, los desechos, el mal, y todo lo que es inmundo en el mundo.
Traducción al Hebreo:
112. וּבֹא וּרְאֵה, מִצַּד הַדִּין הַקָּשֶׁה יוֹצֵא רֹגֶז לִשְׁנֵי צְדָדִים – אֶחָד שֶׁהִתְבָּרֵךְ וְאֶחָד שֶׁהִתְקַלֵּל, אֶחָד בָּרוּךְ וְאֶחָד אָרוּר. כְּמוֹ כֵן מֵהַצַּד שֶׁל יִצְחָק יָצְאוּ שְׁנֵי בָנִים – אֶחָד מְבֹרָךְ, וְאֶחָד שֶׁהִתְקַלֵּל לְמַעְלָה וּלְמַטָּה. זֶה נִפְרַד לְצִדּוֹ וְזֶה נִפְרַד לְצִדּוֹ. זֶה דִּיּוּרוֹ בָּאָרֶץ הַקְּדוֹשָׁה, וְזֶה דִּיּוּרוֹ בְּהַר שֵׂעִיר, שֶׁכָּתוּב (בראשית כד) אִישׁ יֹדֵעַ צַיִד אִישׁ שָׂדֶה. זֶה מְקוֹמוֹ בְּמָקוֹם שֶׁל מִדְבָּר, חָרְבָּה וּשְׁמָמָה, וְזֶה יֹשֵׁב אֹהָלִים, וְהַכֹּל כְּמוֹ שֶׁצָּרִיךְ.
113. וּמִשּׁוּם כָּךְ שְׁתֵּי דְרָגוֹת הֵן – בָּרוּךְ וְאָרוּר, זֶה לְצִדּוֹ וְזֶה לְצִדּוֹ. מִזֶּה יוֹצְאוֹת כָּל הַבְּרָכוֹת שֶׁל הָעוֹלָמוֹת לְמַעְלָה וּלְמַטָּה וְכָל הַטּוֹב וְכָל הָאוֹר וְכָל גְּאֻלָּה וְכָל הַצָּלָה, וּמִזֶּה יוֹצְאוֹת כָּל הַקְּלָלוֹת וְכָל חֶרֶב וְכָל דָּם וְכָל שְׁמָמָה וְכָל הָרָעוֹת וְכָל הַטֻּמְאָה שֶׁל הָעוֹלָם.
Comentario de Zion Nefesh:
La Torá nos conecta con el Árbol de la Vida. (Mishlé/Proverbios 3:18)
«Es árbol de vida para los que echan mano de ella»,
Entonces ¿cómo es que leemos acerca de tantas maldiciones y enfermedades horribles en la porción Ki Tavó?. Dado que la Torá es sólo bien, debemos ver las 98 maldiciones como bendiciones.
Si alguien le tira piedras, usted trataría de evitarlas en la medida de lo posible; pero si supiera que esas piedras tienen diamantes en su interior, pediría más. Se aferraría a ellas y no las dejaría ir porque los diamantes son muy preciosos. Ki Tavó esconde muchos diamantes y vamos a extraerlos un poco más adelante.
Los hijos de Israel están a punto de entrar en la Tierra de Leche y Miel y Moshé les dice que se conviertan en una nación, selecciona entonces seis tribus para que vayan al monte de las bendiciones, Grizim, y seis tribus para que lo hagan al monte Eval, para las maldiciones. Entonces los Levitas empiezan a recitar una serie de doce maldiciones en voz alta. Todas esas maldiciones comienzan con la palabra ‘Arur’, maldijo, y termina con «y toda la nación dijo: Amén».
La suma de las primeras letras de cada palabra es 32. La suma de las últimas letras es 320. La suma de las letras del medio es 151, lo que es igual a «Mikve» (el sitio del baño ritual que nos limpia de la negatividad espiritual).
La palabra,Amén, es una herramienta espiritual muy importante. Es nuestro diamante oculto. ‘Diamante’ en hebreo es ‘Ialom’, con el mismo valor numérico, 91, que ‘Amén’, Como sabemos la palabra Amén crea unificación entre la Luz y la vasija Las maldiciones fueron ‘arrojadas’ sobre la nación, pero ellos las trataron como diamantes y las aceptaron con la palabra Amén. Cada Amén que decimos crea un ángel que lleva la Luz hacia abajo. ‘Ángel’ en hebreo es ‘Malaj’ y también es igual a 91.
Hashem lleva a los Israelitas a la Tierra Prometida y les dice (Dvarim/Deuteronomio27: 9)
«Hoy has venido a ser una nación».
Ahora están por sí mismos, de pie junto a las puertas espirituales de la Tierra.
Iosef que es la carroza de la sefirá Iesod, está enterrado al lado de las dos montañas. Cuando Avraham llegó por primera vez a la Tierra, ese lugar fue también su primera parada.
Este es el principio de la nación y la conexión con la Tierra. Hashem les permite que inicien su proceso de corrección, pero no antes de que Él inyecte la vacuna contra la negatividad en su conciencia.
Los Levitas eran quienes servían en el Santo. Lo que ellos hacían estaba relacionado con la santidad y su fuerte voz llevaba la Luz. Las maldiciones son la inyección de Luz que los Israelitas necesitaban antes de iniciar su viaje como nación en la Tierra Santa.
Algunas comunidades tienen la tradición de leer esta parte de las maldiciones de la Torá en voz baja o susurrando. Este es un gran error. Debería ser lo contrario. Pensando que la Torá tiene algo negativo en ella está muy mal.
Los Levitas decían las maldiciones en voz alta (27:14). Si escuchamos las maldiciones en voz clara y fuerte, nos podemos beneficiar enormemente de ello.
Ki Tavó siempre se leía justo antes de Rosh Hashaná y nos brinda la mejor preparación para los dos días de Juicio. La suma de las maldiciones es 98 y equivale a la palabra ‘Tzaj’ (puro. limpio), y también a la palabra ‘Slaj’»perdonar».
El perdón es una acción de limpieza importante. Si le hacemos daño a otra persona aunque sea por error, debemos pedir perdón. de otro modo la negatividad permanece con nosotros y se convierte en juicio. Si otra persona nos daña tenemos sentimientos negativos acerca de ella. Cuando perdonamos, limpiamos eso también.
Ser puros y perdonar es en nuestro mejor interés.
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