Traducción Española de Daniel Schulman
35. Rabí Itzjak dijo: No lo pronuncies ‘dudaim’ (‘mandrágoras’), sino más bien ‘dodim’ (‘amantes’). Ellos son el cuerpo y el alma, que son amantes y amigos entre sí. Rav Najman dijo: Son mandrágoras reales. Dado que las mandrágoras traen amor al mundo, crean amor en el mundo. Y emiten una fragancia, que es como conocen y reconocen a su Creador.
36. El versículo: «Y junto a nuestras puertas…» (Shir Hashirim/Cantar de los Cantares 7:14) se refiere a las puertas del cielo, las cuales están abiertas para hacer descender almas para los cadáveres. «… toda suerte de frutas exquisitas…» se refiere a las almas; «Tanto nuevas como añejas » se refiere a aquellos cuyas almas los dejaron hace años y a aquellos cuyas almas los dejaron hace sólo unos días. Ellos merecieron, por su habilidad, entrar en el Mundo Venidero. Todos ellos están destinados a descender simultáneamente para entrar en los cuerpos que están preparados para ellos.
37. Rabí Aja bar Iaacov, dijo que resonó una Voz Divina, diciendo: «Tanto nuevas como añejas que tengo guardadas para ti, oh amado mío” (Shir Hashirim/Cantar de los Cantares 7:14). «Tengo guardadas para ti» – en estos mismos mundos. «… para ti …» significa debido a ti, porque eres un cuerpo santo y limpio. Otra explicación es que estas mandrágoras son los Ángeles de la Paz. «…despiden fragancia…» se refiere a las almas, la fragancia del mundo; «Despiden» significa ‘permitir’, como está escrito: «Más Sijón no quiso permitir que Israel» (Bamidbar/Números 21:23).
Traducción al hebreo:
36. וְעַל פְּתָחֵינוּ – אֵלּוּ פִּתְחֵי שָׁמַיִם שֶׁהֵם פְּתוּחִים לְהוֹרִיד נְשָׁמוֹת לַפְּגָרִים. כָּל מְגָדִים – אֵלּוּ הַנְּשָׁמוֹת. חֲדָשִׁים גַּם יְשָׁנִים – אוֹתָם שֶׁיָּצְאוּ נִשְׁמָתָם מֵהַיּוֹם כַּמָּה שָׁנִים וְאוֹתָם שֶׁיָּצְאוּ נִשְׁמָתָם מִיָּמִים מוּעָטִים וְזָכוּ בְּכִשְׁרוֹן מַעֲשֵׂיהֶם לְהִכָּנֵס בָּעוֹלָם הַבָּא, כֻּלָּם עֲתִידִים לֵירֵד בְּבַת אַחַת לְהִכָּנֵס בַּגּוּפוֹת הַמּוּכָנִים לָהֶם.
37. אָמַר רַבִּי אָחָא בַּר יַעֲקֹב, בַּת קוֹל יוֹצֵאת וְאוֹמֶרֶת: חֲדָשִׁים גַּם יְשָׁנִים דּוֹדִים צָפַנְתִּי לָךְ. צָפַנְתִּי אוֹתָם בְּאוֹתָם הָעוֹלָמוֹת. לָךְ – בִּשְׁבִילְךָ, בִּשְׁבִיל שֶׁאַתָּה גוּף קָדוֹשׁ וְנָקִי. דָּבָר אַחֵר הַדּוּדָאִים [נָתְנוּ רֵיחַ] – אֵלּוּ מַלְאֲכֵי שָׁלוֹם. נָתְנוּ רֵיחַ – אֵלּוּ הַנְּשָׁמוֹת שֶׁהֵם רֵיחַ הָעוֹלָם. נָתְנוּ – הִשְׁאִירוּ, כְּמוֹ שֶׁנֶּאֱמַר (במדבר כא) וְלֹא נָתַן סִיחוֹן אֶת יִשְׂרָאֵל.
Comentario de Zion Nefesh:
Traducción de Daniel Schulman
Shir Hashirim/Cantar de los Cantares 7:14
«¡Las mandrágoras despiden fragancia; y junto a nuestras puertas están toda suerte de frutas exquisitas, tanto nuevas como añejas, que tengo guardadas para ti, oh amado mío!».
Rabí Itzjak dice en el Zohar dice que tenemos que leer la palabra ‘dudaim’, ‘mandrágoras’ sin la letra ‘alef’, como ‘dodim’, que significa ‘amados’. Los ‘amados’ son el cuerpo y el alma porque están relacionados y cercanos entre sí.
Del diccionario: La mandrágora es una planta herbácea de tallo muy corto, hojas anchas y rugosas, de borde ondulado, color verde oscuro, y dispuestas en roseta basal, flores malolientes, en figura de campanilla, de color blanco o azul violáceo y fruto en baya oblonga; es venenosa y se le atribuían propiedades afrodisíacas. Tiene una gran raíz generalmente bifurcada cuya forma se asemeja a un ser humano; b: la raíz de la mandrágora se utilizaba para promover la concepción, como catártico, o como narcótico y soporífero.
El Zohar revela que al igual que la mandrágora da a luz al amor en el mundo, también lo hace el cuerpo y el alma. La fragancia es el aspecto de la calidad de sus acciones en la Luz reveladora.
‘Y junto a nuestras puertas’ son las puertas de los cielos que se abren para llevar las almas a los cuerpos sin vida.
‘Toda suerte de frutas exquisitas’ son las almas.
‘Tanto nuevas como añejas’ son las almas de quienes fallecieron después de una larga vida y las almas de quienes lo hicieron tras una corta vida. Aquellos que vivieron una vida corta ganaron por su acción el mérito de entrar en el Mundo Venidero. En el futuro descenderán a la vez para entrar en cuerpos que estarán dispuestos para ellos.
El cuerpo y el alma son socios en realizar el trabajo espiritual en este mundo. Ellos deben estar enamorados uno de otro y servirse uno al otro. El alma no puede hacer el trabajo sin el cuerpo y el cuerpo necesita del alma para iniciar acciones positivas para purificarlo.
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