Traducción Española de Daniel Schulman
50. Rabí Iosi dijo: No hay padre más misericordioso para sus hijos que el Santo, bendito sea Él. Porque está escrito: «No ha faltado ni siquiera una palabra de toda aquella buena promesa…» (Melajim Alef/Reyes I 8:56). Ven y mira Su misericordia. Si hubiera dicho, ‘no ha fallado una palabra de toda promesa’, y nada más, ESTO HABRÍA INCLUIDO TAMBIÉN SUS PALABRAS SEVERAS. Entonces hubiera sido mejor para el mundo no haber sido creado, PORQUE SERÍA IMPOSIBLE AGUANTAR ESTO. Pero dado que dice, «de toda su buena promesa» y quitó Su severidad, esto implica que QUE ÉL EXCLUYÓ LAS PALABRAS SEVERAS QUE LE HABLÓ A ISRAEL Y ESTAS NO SE HICIERON REALIDAD. A PARTIR DE AQUÍ VEMOS SU MISERICORDIA, porque Él no quiere hacer nada malo.
51. Y aunque Él amenazó y levantó el látigo, su Madre vino y sostuvo Su brazo derecho y el látigo permaneció en su lugar y no descendió; Y EL JUICIO no fue ejecutado, porque ellos en realidad estaban en una mente, la que amenazaba y la que sostenía Su brazo!
52. Y podemos preguntar de dónde derivamos esto. Esto es bien conocido, como está escrito: «¡Baja en seguida porque se ha corrompido tu pueblo!» (Shemot/Éxodo 32: 7). EL SANTO, BENDITO SEA ÉL, comenzó a levantar el látigo, pero Moshé no conocía el modo de la Madre, ES DECIR SOSTENER SU MANO DERECHA Y DETENERLO y permaneció callado. Cuando el Santo, bendito sea Él, vio esto, le hizo una insinuación y lo presionó y dijo: «Y ahora déjame» (Id., 32:10). Inmediatamente, Moshé se dio cuenta y asió el brazo del Santo, bendito sea Él, como está escrito: «Acuérdate de Avraham» (Id. 32:13). Porque este es el brazo derecho, QUE ES JESED. Por lo tanto, Él no bajó el látigo.
Traducción al hebreo:
51. וְאַף עַל גַּב שֶׁהִפְחִיד וְהֵרִים רְצוּעָה, בָּאָה הָאֵם וְהֶחֱזִיקָה בִּזְרוֹעַ יְמִינוֹ, וְעָמְדָה הָרְצוּעָה בִּמְקוֹמָהּ וְלֹא יָרְדָה לְמַטָּה, וְלֹא נַעֲשָׂה (הַדִּין), מִשּׁוּם שֶׁבְּעֵצָה אַחַת הָיוּ שְׁנֵיהֶם – אוֹתוֹ שֶׁהִפְחִיד, וְאוֹתוֹ שֶׁאָחַז בִּימִינוֹ.
52. וְאִם תֹּאמַר, מִנַּיִן לָנוּ? זֶה מִדָּבָר שֶׁהוּא בְּגָלוּי, שֶׁכָּתוּב לֶךְ רֵד כִּי שִׁחֵת עַמְּךָ. הִתְחִיל לְהָרִים רְצוּעָה, וּמֹשֶׁה, שֶׁלֹּא הָיָה יוֹדֵעַ דַּרְכָּה שֶׁל אֵם, שָׁתַק. כֵּיוָן שֶׁרָאָה הַקָּדוֹשׁ בָּרוּךְ הוּא כָּךְ, רָמַז לוֹ, וְהִכָּה בּוֹ וְאָמַר וְעַתָּה הַנִּיחָה לִּי. מִיָּד הִרְגִּישׁ מֹשֶׁה וְאָחַז בִּזְרוֹעוֹ שֶׁל הַקָּדוֹשׁ בָּרוּךְ הוּא, שֶׁכָּתוּב זְכֹר לְאַבְרָהָם. זוֹ זְרוֹעַ יָמִין, וּמִשּׁוּם כָּךְ לֹא יָרְדָה הָרְצוּעָה.
Comentario de Zion Nefesh:
Traducción de Daniel Schulman
Melajim Alef/Reyes I 8:56
“¡Bendito sea Hashem que ha dado descanso a Su pueblo Israel, conforme a todo lo que había prometido! No ha faltado ni siquiera una palabra de toda aquella buena promesa que prometió por conducto de Moshé, Su siervo”
El Zohar analiza este versículo y explica que Hashem sigue y cumple todo el bien que promete. Si el versículo no hubiera incluido la palabra ‘buena’ y hubiera dicho que Hashem sigue y cumple todas sus palabras, incluyendo lo bueno y lo malo, el mundo no sería capaz de soportar las dificultades que habríamos experimentado en tal caso. Hashem con Su infinita compasión y misericordia no quiere infligir dolor a su pueblo, así que deja el mal atrás y tarda en cumplir estas palabras.
El Zohar lo explica como un padre que levanta la mano para darle un chirlo a su hijo por su mala acción. La madre viene y sostiene su mano para que no la baje con su juicio. Tanto el padre como la madre comparten el mismo plan de evitar juicios y ayudar a su hijo a crecer en el camino recto con amor y misericordia.
Shemot/Éxodo 32:7
«Entonces Hashem habló a Moshé, diciendo: ‘¡Baja, en seguida, porque se ha corrompido tu pueblo, que sacaste de la tierra de Egipto!’».
Id. 32:10
«Y ahora déjame, para que se encienda Mi ira contra ellos y los consuma; y Yo haré de tu una nación grande»
Estos versículos se relacionan con lo que acabamos de aprender. Cuando el pueblo estaba ocupado haciendo el Becerro de Oro, Hashem le dijo a Moshé que bajara y viera la corrupción espiritual con la que el pueblo se estaba involucrando. Moshé no saltó para detener a Hashem del juicio que estaba a punto de ejecutar. Hashem continuó entonces bajo la forma de pedirle a Moshé: «Y ahora déjame para que se encienda Mi ira contra ellos». Moshé lo entendió y actuó de inmediato para impedir que Hashem siguiera con este severo juicio.
Id. 32:11
«Entonces Moshé suplicó a Hashem, su Elokim, diciendo: «Señor», dijo, «¿Para qué, oh Hashem, ha de encenderse Tu ira contra Tu pueblo, que Tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza y con mano poderosa?”
Moshé continuó con su súplica hasta que Hashem aceptó;
Id. 32:14
«Y arrepintiéndose Hashem del mal que había dicho que haría a Su pueblo”.
Los ejemplos anteriores son grandes y están lejos de nuestras acciones cotidianas, pero el principio funciona para cada pequeña cosa equivocada que hacemos. No podemos ocultarnos del sistema de causa y efecto, pero podemos ‘endulzar’ el juicio haciendo una corrección inmediata y atrayendo Luz de Misericordia mediante la Tzedaká, el estudio de la Torá (el Zohar) y los actos de bondad.
B»H voy a ampliar este importante tema en futuros estudios.
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