Traducción Española de Daniel Schulman
46. Y encontré un secreto en el libro de Adam, que hablaba de la descendencia QUE VENDRÍA AL mundo: que habría un espíritu que descendería al mundo a la tierra, y que tendría un cuerpo y cuyo nombre es Eliahu. En ese cuerpo él dejaría el mundo y entonces retiraría el cuerpo y permanecería en un torbellino. Y otro cuerpo de luz se presentaría ante él, para ir con él entre los ángeles. Y que cuando él descienda A ESTE MUNDO, pondría ese cuerpo que quedó en el otro mundo, ES DECIR EN EL TORBELLINO. En este cuerpo será visto abajo, y en ese otro cuerpo DE LUZ sería visto arriba. Y este es el secreto de «¿Quién ha ascendido al cielo y ha descendido? (Mishlé/Proverbios 30: 4), porque no hubo hombre cuyo espíritu ascienda al cielo DESPUÉS DE QUE EL CUERPO SE HA IDO y descienda nuevamente más tarde, como Eliahu, quien ascendió y descendió.
47. Otra explicación: «Quien ha ascendido al cielo» se refiere a Eliahu, y «ha descendido» se refiere a Ioná, a quien el pez atrapó en la profundidad del océano. Ioná extrae la fortaleza de Eliahu, PORQUE EL TIENE EL ESPÍRITU DE ELIAHU, Eliahu ascendió y Jonás descendió. Uno quería morir y el otro quería morir. Es por eso que a Ioná se le llama «hijo de Amitai» (Ioná/Jonás 1:1), como dice el versículo «y que en tu boca la palabra de Hashem es la verdad” (Heb.Emet) (Melajim Alef/Reyes I 17:24).
Traducción al hebreo:
47. דָּבָר אַחֵר מִי עָלָה שָׁמַיִם – זֶה אֵלִיָּהוּ. וַיֵּרַד – זֶה יוֹנָה, שֶׁהוֹרִיד אוֹתוֹ הַדָּג לְתוֹךְ הַתְּהוֹמוֹת לְעִמְקֵי הַיָּם. יוֹנָה בָּא מִכֹּחוֹ שֶׁל אֵלִיָּהוּ. אֵלִיָּהוּ עָלָה, וְיוֹנָה יָרַד. זֶה שָׁאַל נַפְשׁוֹ לָמוּת, וְזֶה שָׁאַל נַפְשׁוֹ לָמוּת. וּמִשּׁוּם כָּךְ נִקְרָא בֶּן אֲמִתַּי, וְכָתוּב (מלכים-א יז) וּדְבַר ה’ בְּפִיךָ אֱמֶת.
Comentario de Zion Nefesh:
Traducción de Daniel Schulman
El Zohar revela que el profeta Ioná provino de la fuerza de Eliahu. Él recibió desde el nivel del alma Nefesh de Eliahu. En el caso de Ioná, éste descendió a las profundidades del océano, no ascendió como Eliahu. Ambos pidieron a Hashem la muerte. Moshé también le pidió a Hashem que retirara su nombre de la Torá, que es también el aspecto de la muerte.
Aquellos que sirven a Hashem no temen a la muerte y, en general, preferirían morir antes que no poder cumplir la misión de su vida en este mundo.
Los sabios nos enseñan que «La Luz de la Torá no se manifestará, a menos que la persona esté lista para morir por ella».
Los grandes Cabalistas dedicaron sus vidas al estudio de la Torá y a la revelación de sus secretos. Muchos de ellos murieron jóvenes, pero sus enseñanzas continúan viviendo entre nosotros. Para ellos, la vida era un estado temporal de existencia. Utilizaban cada momento para estudiar los secretos o la Torá, revelando su Luz en el mundo y en sus vidas. Sus almas se purificaron y expandieron, proporcionándoles la capacidad de hacer milagros e incluso de resucitar a los muertos.
En diferentes niveles, cada uno de nosotros se beneficia con la dedicación al estudio del Zohar, que es el nivel más alto de estudio de la Torá que eleva nuestras almas cada vez más.
Una de las oraciones más elevadas es el ‘Shemá Israel’ y el Santo Arí y otros Cabalistas nos enseñan que cuando cubrimos nuestros ojos y decimos la palabra ‘Ejad’, que significa ‘Uno’, meditemos en aceptar los cuatro tipos de muerte, uniendo o fusionando los cuatro mundos de Emanación, Creación, Formación y Acción en nuestras almas. Una meditación similar se realiza durante las primeras bendiciones de la Oración Silenciosa (Amidá) en la palabra ‘Be Ahavá», ‘Con Amor’.
El Shemá Israel tiene cuatro párrafos (Iud-Hei-Vav-Hei) y 1000 letras. Es una oración que eleva nuestras almas a una mayor afinidad con la Luz. Cuando estamos dispuestos a aceptar todas las formas de muerte, anulamos el cuerpo y ‘liberamos’ al alma de sus pesadas vestimentas físicas, permitiendo la unificación de la Luz y la Vasija.
¿Qué es elevación?
Elevación es un estado de pureza, no de altitud. Hashem es todo y en todas partes. Acercarse a la Luz es el proceso de elevación y puede hacerse eliminando todas nuestras Klipot que nos separan de la Luz o, en otras palabras, nos mantienen abajo. Mirar a los cielos como el lugar de Hashem es incorrecto. Incluso si vivimos en un sótano subterráneo, en una tienda o en una cueva en el lugar más oscuro de la tierra, aun podemos alcanzar una mayor elevación.
Rabí Shimón estudió en una cueva con su hijo durante doce años. Abandonaron todo lo físico y eliminaron las barreras entre ellos y la Luz. Merecieron así el apoyo de Moshé y Eliahu, gigantes que estaban dispuestos a entregar sus vidas por la Luz.
No busque en los clasificados una cueva lejana o para abandonar lo físico. No estamos en el tiempo en que podamos alcanzar un estado espiritual de Moshé o de Rabí Shimón. No hay necesidad de ayunar ni de evitar los placeres de esta vida. Todo placer que atraemos en esta vida es un don de Luz y debemos bendecirlo y apreciarlo; y al mismo tiempo no debemos darle prioridad por sobre el estudio y la elevación espiritual.
Meditación sobre ‘Ejad’
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