Daily Zohar 4777
Traducción al Español: Daniel Schulman
193. Otra explicación de «»Israel, pues, vio la mano prodigiosa…» El comienzo del versículo no está relacionado con el final, ni el final está relacionado con su comienzo. Primero, «Israel vio,» y luego, «y temió el pueblo a Hashem». ¿ES «ISRAEL, PUES, VIO» LA RAZÓN POR LA CUAL «TEMIÓ EL PUEBLO A HASHEM?» ¿Y ANTERIORMENTE NO TEMÍAN A HASHEM? Pero Rabí Iehudá dijo, ese anciano que salió con sus hijos al exilio y sufrió el exilio él mismo, en realidad vio todas las venganzas y todos los poderosos hechos que el Santo, bendito sea Él, hizo contra Egipto. Por lo tanto, está escrito, “Israel, pues, vio». En verdad era Israel, ES DECIR, IAACOV.
194. Rabí Iehudá también dijo, el Santo, bendito sea Él, levantó a ese anciano y le dijo: ‘Levántate, mira a tus hijos que están saliendo de una nación fuerte; Levántate, mira los actos poderosos que hice por tus hijos en Egipto’.
195. Rabí Iesa dijo: Cuando Israel viajó para descender al exilio en Egipto, un fuerte miedo y terror cayeron sobre él. El Santo, bendito sea Él, le dijo a Iaacov: «¿Por qué temes?» «No temas descender a Egipto» (Bereshit/Génesis 46 3). De las palabras, «no temas», entendemos que él temió.
Traducción al Hebreo:
194. וְאָמַר רַבִּי יְהוּדָה, הֶעֱלָה הַקָּדוֹשׁ בָּרוּךְ הוּא אֶת אוֹתוֹ זָקֵן וְאָמַר לוֹ, קוּם תִּרְאֶה אֶת בָּנֶיךָ יוֹצְאִים מִתּוֹךְ עַם חָזָק. קוּם תִּרְאֶה אֶת הַגְּבוּרוֹת שֶׁעָשִׂיתִי בִּשְׁבִיל בָּנֶיךָ בְּמִצְרַיִם.
195. וְהַיְנוּ מַה שֶּׁאָמַר רַבִּי יֵיסָא, בְּשָׁעָה שֶׁנָּסְעוּ יִשְׂרָאֵל לָרֶדֶת לְגָלוּת מִצְרַיִם, פַּחַד וְאֵימָה חֲזָקָה נָפְלוּ עָלָיו. אָמַר הַקָּדוֹשׁ בָּרוּךְ הוּא לְיַעֲקֹב, לָמָּה אַתָּה פּוֹחֵד? (בראשית מו) אַל תִּירָא מֵרְדָה מִצְרַיְמָה. מִמַּה שֶּׁכָּתוּב אַל תִּירָא, מַשְׁמָע שֶׁפַּחַד הָיָה פּוֹחֵד.
Comentario de Zion Nefesh:
Continuación del ZD anterior
#193
Otra explicación de “Israel vio, pues, la mano prodigiosa… y temió el pueblo a Hashem” (Shemot/Éxodo 14:31): Este versículo parece desconectado; su comienzo no parece estar relacionado con su final. Primero dice: “Israel vio, pues, la mano prodigiosa”, y luego continúa con: “Y temió el pueblo a Hashem”. ¿La primera declaración implica que solo después de ver la gran mano llegaron a temer a Hashem? ¿No estaban ya en temor reverencial ante Él?
Rabí Iehudá explicó: El anciano que descendió con sus hijos al exilio, es decir, Iaacov, llevó sobre sí la carga del exilio y guió a sus hijos hacia él. Él vio verdaderamente todos estos actos de venganza y las grandes maravillas que Hashem realizó contra Egipto. Este es el significado de “Israel vio”, que se refiere literalmente a Iaacov (Israel), quien contempló la Redención que Hashem trajo sobre sus descendientes.
Notas:
El Zohar nos enseña que la Redención es un proceso que trasciende generaciones. El sufrimiento que soportó Iaacov cuando llevó a su familia al exilio no fue sólo su experiencia personal, sino que fue una carga para todas las generaciones de Israel. Cuando llegó la Redención, fue su visión cumplida, como si él mismo la estuviera presenciando (“Y vio Israel”).
Esto nos enseña una lección poderosa: ningún sufrimiento queda olvidado en el plan Divino de Hashem. Así como las dificultades de Iaacov en el exilio se tuvieron en cuenta en la Redención Final, también Hashem recuerda el sufrimiento de cada judío a lo largo de la historia. La Redención Final no es sólo para quienes la presenciarán, sino que es la realización de las esperanzas, luchas y oraciones de todas las generaciones anteriores.
Así, cuando suframos dificultades en el exilio, debemos recordar que somos parte de una historia mayor, una que comenzó con nuestros antepasados y culminará en la Redención Final. Toda adversidad tiene su propósito y todo exilio tiene su Redención.
#194
Dijo Rabí Iehudá: El Santo, bendito sea Él, elevó a aquel anciano, Iaacov, y le dijo: “Levántate y mira a tus hijos salir de entre una nación poderosa. Levántate y mira las poderosas hazañas que he realizado por tus hijos en Egipto”.
#195
Rabí Iesa dijo: Cuando Israel emprendió el viaje para descender al exilio de Egipto, un gran temor y pavor se apoderó de él (Iaacov). El Santo, bendito sea Él, le dijo a Iaacov: “¿Por qué tienes miedo? No temas descender a Egipto”. El hecho de que diga “No temas” implica que, en efecto, tenía miedo.
Notas:
El temor de Iaacov refleja nuestros propios temores en tiempos de crisis: el temor a la incertidumbre, al sufrimiento y al declive espiritual. La promesa de Hashem: “No temas descender a Egipto”, nos enseña que incluso en el más oscuro de los exilios, Hashem sigue estando con nosotros.
Este es un mensaje de fe: ningún descenso carece de propósito y la Redención siempre se planifica de antemano. Esto también nos recuerda que el temor es natural, pero la confianza en Hashem es mayor que el temor. Cuando Hashem le dice a Iaacov: “No temas”, le dice a cada judío a lo largo de la historia: “Incluso en el exilio, Yo estoy contigo. No desesperes, porque la Redención ya está en marcha”.
Bereshit/Génesis 46:4
“Yo descenderé contigo a Egipto y Yo sin falta te haré subir también”.
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