Daily Zohar 4857
Traducción al Español: Daniel Schulman
345. Él le preguntó: «’Quién es el médico?’. El respondió: ‘Él es Rabí Samlai’. Preguntó: ‘¿Qué cura te dio?’. Él respondió: ‘Sanación espiritual’. Desde ese día, volví arrepentido. Cada día veo mi rostro en el espejo, SIN CAMBIOS. Lloré ante el Santo, bendito sea Él, el Señor del mundo, por ese pecado. Con estas lágrimas me lavé la cara. Rabí Aba dijo: ‘Si no te hubieran negado el arrepentimiento, habría borrado la marca de tu rostro, pero te anunciaré: “¡Ya ha sido quitada tu iniquidad y está perdonado tu pecado!” (Ieshaiahu/Isaías 6:7). Le pidió que repitiera esto tres veces. Lo repitió tres veces y la marca desapareció.
346. Rabí Aba dijo: «Seguramente tu Maestro quería borrarte LA MARCA, pues estabas arrepentido. Él le dijo: ‘Hago voto de hoy en adelante de trabajar en la Torá día y noche’. Le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?». Él respondió: ‘Elazar’. Él respondió: ‘El Azar’ (Lit. ‘’Él ayudó’); seguramente el nombre tiene algo que ver, pues tu Elokim te ayudó y estuvo contigo. Rabí Aba lo despidió y lo bendijo.
Traducción al Hebreo:
346. אָמַר רַבִּי אַבָּא, וַדַּאי אֲדוֹנְךָ רָצָה לְהַעֲבִירוֹ מִמְּךָ, שֶׁוַּדַּאי נִמְצֵאתָ בִּתְשׁוּבָה. אָמַר לוֹ, נָדַרְתִּי מֵהַיּוֹם הַזֶּה לַעֲסֹק בַּתּוֹרָה יוֹמָם וָלַיְלָה. אָמַר לוֹ, מַה שִּׁמְךָ? אָמַר לוֹ, אֶלְעָזָר. אָמַר לוֹ, אֵל עָזַר, וַדַּאי שֶׁהַשֵּׁם גּוֹרֵם שֶׁאֱלֹקֶיךָ סִיַּע לְךָ וְהָיָה בְעֶזְרְךָ. שָׁלַח אוֹתוֹ רַבִּי אַבָּא וּבֵרַךְ אוֹתוֹ.
Comentario de Zion Nefesh:
Continuación del ZD anterior
#345
Rabí Aba le preguntó: ‘¿Quién es el sanador que te sanó?’. Le respondió: ‘Fue Rabí Samlai’. Rabí Aba preguntó: ‘¿Qué sanación te dio?’. El hombre respondió: ‘La sanación del alma’. ‘Desde ese día, me arrepentí. Y cada día, veía mi rostro en un espejo, sin cambios, y lloraba ante el Santo, bendito sea Él, Señor de los mundos, por ese pecado. Y con esas lágrimas, me lavaba la cara’. Rabí Aba dijo: ‘Si no te hubieran impedido el arrepentimiento, te habría quitado esa marca de la cara. Pero te declaro (este versículo): “¡Ya ha sido quitada tu iniquidad y está perdonado tu pecado!” (Ieshaiahu/Isaías 6:7). El hombre dijo: ‘Por favor, dilo tres veces’. Rabí Aba lo dijo tres veces, y la marca fue eliminada.
Notas:
Rabí Samlai, sabio y sanador, no eliminó su marca física, sino que sanó su alma. El hombre se arrepintió sinceramente: lloraba a diario por su pecado. Permanecía consciente de ello, examinándose con honestidad. Imploró el perdón divino, sin olvidar su error. Sus lágrimas no eran solo físicas, sino que eran el lavamiento de su alma.
El verdadero arrepentimiento —el arrepentimiento sincero, la confesión y el volverse continuo hacia Hashem— pueden borrar incluso las manchas más profundas del alma y del cuerpo.
Esta historia enseña que ningún pecado es irreparable, y la propia Shejiná se conmueve con las lágrimas de la sincera penitencia. Incluso las cicatrices espirituales dejadas por acciones graves pueden sanar y borrarse mediante una sincera Teshuvá.
#346
Rabí Aba dijo: ‘En efecto, tu Maestro (Hashem) quiso quitarte la marca porque verdaderamente has sido hallado en arrepentimiento’. El hombre le dijo: ‘Hago voto, de hoy en adelante, de dedicarme al estudio de la Torá día y noche’. Rabí Aba le preguntó: ‘¿Cuál es tu nombre?’. Él respondió: ‘Elazar’. Rabí Aba dijo: «Elazar, en verdad, tu nombre lo significa ‘El azar’ — ‘Él te ha ayudado’), porque tu Elokim te ha ayudado y ha estado contigo’. Rabí Aba entonces lo despidió y lo bendijo.
Notas:
El arrepentimiento transforma el destino. Incluso alguien manchado por pecados graves puede, mediante la verdadera Teshuvá, alcanzar un destino de Torá, bendición y favor Divino. Cada acto sincero de Teshuvá despierta la ayuda Divina y el nombre y la esencia de la persona se iluminan de nuevo.
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