El Arí enseña que nunca se debe pronunciar el nombre de un ángel, salvo aquellos que también nominan a personas, tales como Mijael o Gavriel, porque la mera mención de sus nombres invoca sus poderes. Si embargo es posible pronunciar sus nombres sin enunciar las letras finales.
Por lo tanto los nombres de los Ángeles Destructores solo deben pronunciarse Lil y Samaj Mem.