Jol Hamoed Sucot es un período único que conecta la santidad del primer día de la festividad con las actividades del día laborable. El Zohar (Emor) enseña que la Sucá es una “sombra de fe”— que atrae la Luz protectora de los mundos superiores. Durante Jol Hamoed, la Luz de los siete días continúa fluyendo, permitiéndonos vivir bajo las alas de la Shejiná incluso mientras realizamos nuestras actividades diarias. Cada momento que pasamos en la Sucá nos conecta con la Sefirá de Biná, la fuente de Luz y misericordia, que canaliza vida y bendición a todos los mundos.
Los cabalistas explican que la Sucá encarna la estructura espiritual de los mundos superiores: sus cuatro paredes corresponden a las cuatro letras del Santo Nombre, mientras que el ‘Sjaj’, (‘techo’ de la Sucá) que se encuentra sobre nosotros simboliza la Luz envolvente (o Makif), que purifica y eleva.
Cada día de Jol Hamoed, un Ushpizin (huésped espiritual) diferente entra en la Sucá, representando una de las siete Sefirot inferiores (de Jesed a Maljut). El Zohar (Vaikrá) revela que al recibirlos con alegría y recitar los versículos de hospitalidad, abrimos canales de bendición divina no solo para nosotros, sino para el mundo entero.
En las enseñanzas del Santo Arí, Jol Hamoed es un momento para endulzar los Juicios mediante la alegría y la unidad. Al mantener la santidad de nuestras palabras, comer en santidad y regocijarnos en la Sucá, participamos en el Tikún (corrección) de Maljut, preparándola para recibir el influjo final de Luz en Hoshaná Rabá, la culminación de Sucot. Por lo tanto, Jol Hamoed no es solo un respiro, sino un taller espiritual: cada comida, cada palabra de estudio de la Torá y cada momento de alegría contribuyen al desarrollo de la armonía y la bendición divinas en el mundo.
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