Traducción al Español: Daniel Schulman
109. Rabí Iehudá abrió la discusión diciendo: «Sirvan a Hashem con alegría, ¡vengan ante Su presencia con regocijo» (Tehilim/Salmos 100:2). Hemos aprendido que cualquier hombre de servicio quiere cumplir ante el Santo, bendito sea Él, debe hacerlo con alegría y con un corazón dispuesto para que su servicio sea completo. Si uno dice que es imposible hacerlo con el servicio de la ofrenda porque ese hombre transgredió el precepto de su Señor, el precepto de la Torá, y se arrepintió ante su Señor, ¿cómo Lo enfrentaría? Con un espíritu quebrantado al menos. ¿Dónde está la alegría, dónde el canto?
110. ÉL RESPONDE: Hemos aprendido esto. Un hombre que ha pecado ante su Señor y transgredido Sus preceptos debe tener un espíritu abatido, un espíritu quebrantado cuando venga a traer una ofrenda y a rectificarse a sí mismo. Es mejor si llora. No hay alegría ni canto. Ellos son efectuados por los Sacerdotes y los Levitas, que le añaden alegría y cantos. La alegría se establece en el Sacerdote, porque siempre está lejos del juicio. El Sacerdote debe tener siempre un semblante más alegre y feliz que el resto del pueblo, porque su corona del SACERDOCIO le causa esto. El canto está en los Levitas, porque los Levitas siempre son responsables de cantar, como hemos explicado.
Traducción al Hebreo:
110. אֶלָּא שָׁם שָׁנִינוּ, אוֹתוֹ אָדָם שֶׁחוֹטֵא לִפְנֵי רִבּוֹנוֹ וְעָבַר עַל מִצְווֹתָיו, וּבָא לְהַקְרִיב קָרְבָּן וּלְתַקֵּן אֶת עַצְמוֹ בְּרוּחַ שְׁבוּרָה, צָרִיךְ לְהִמָּצֵא בְּרוּחַ עֲצוּבָה. וְאִם הוּא בּוֹכֶה, זֶה יָפֶה מֵהַכֹּל. הֲרֵי שִׂמְחָה וַהֲרֵי רְנָנָה אֵין נִמְצָאִים. אֶלָּא בַּמֶּה מִתְתַּקֵּן? בְּאוֹתָם כֹּהֲנִים וּלְוִיִּם, שֶׁהֲרֵי הֵם מַשְׁלִימִים שִׂמְחָה וּרְנָנָה בִּשְׁבִילוֹ. הַשִּׂמְחָה מִתְקַיֶּמֶת בְּכֹהֵן, מִשּׁוּם שֶׁהוּא תָמִיד רָחוֹק מִן הַדִּין, וְהַכֹּהֲנִים צְרִיכִים תָּמִיד לְהִמָּצֵא בְּפָנִים מְאִירוֹת, שְׂמֵחִים יוֹתֵר מִכָּל הָעָם, שֶׁהֲרֵי הַכֶּתֶר שֶׁלּוֹ גּוֹרֵם הָרְנָנָה בַּלְוִיִּם, וְכָךְ זֶה, שֶׁהֲרֵי הַלְוִיִּם נִמְצָאִים תָּמִיד עַל הַשִּׁיר, כְּמוֹ שֶׁבֵּאֲרוּהָ.
Comentario de Zion Nefesh:
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# 109
Tehilim/Salmos 100: 2
«Sirvan a Hashem con alegría, ¡vengan ante Su presencia con regocijo»
Rabí Iehudá cita el versículo anterior y dice que hemos aprendido que nuestro trabajo al servir a Hashem debe provenir del corazón con felicidad y alegría para que sea una acción completa. Ahora, cuando traemos ofrendas al Templo, esto paga y limpia nuestros pecados.
En tal caso, ¿cómo puede una persona llegar feliz cuando se supone que debe estar triste con el corazón roto porque fue en contra de los preceptos de su Señor? ¿Dónde está la alegría y el canto como sugiere el versículo?
# 110
Él responde que una persona que pecó y vino con un sacrificio al Sacerdote para corregirse a sí misma necesita venir con un espíritu quebrantado y con tristeza. Si llora, es incluso mejor. La alegría y el canto son completados por los Sacerdotes y los Levitas que le realizan las correcciones.
La alegría viene del Sacerdote que necesita tener un rostro brillante y expresar alegría más que cualquier otra persona porque siempre está lejos del Juicio. El canto proviene de los Levitas que siempre cantaban en el Santo Templo.
Lección:
Cada acción positiva que hacemos debe ser con agradecimiento a Hashem por habernos dado la oportunidad y aprecio por poder hacerla. Ganamos méritos por cada acción positiva que realizamos.
Cuando realizamos acciones negativas, perdemos Luz hacia el Lado Negativo y necesitamos hacer correcciones. Si esto fue hecho lastimando a otra persona o grupo, pedimos perdón y los compensamos de cualquier manera que borre el pecado de nuestro ‘libro’.
Cuando no podemos conectarnos con aquellos a quienes lastimamos para pedir perdón, o cuando el acto fue solo en contra de los caminos de la Torá, entonces debemos sentirnos tristes y lamentar nuestra acción por perder la Luz.
Lo compensamos dando de nosotros mismos. Nos comprometemos a estudiar más que nuestros horarios regulares programados para revelar más Luz y restaurar lo que perdimos.
El ayuno es otra forma de dar de nosotros mismos porque nuestras acciones negativas afectan la sangre que transporta los niveles del alma de Nefesh. El ayuno ayuda a eliminar los elementos negativos de la sangre y, junto con el compromiso de no repetir lo malo, ganamos el bien.
Además de lo anterior, dar Tzedaká para corregir los pecados tiene el aspecto de llorar. Es como pagar multas por malas acciones. Al mismo tiempo, es la mejor expresión de arrepentimiento porque no es fácil dar dinero.
Cuando uno da Tzedaká, incluso si no es para una corrección específica, es bueno meditar que la Tzedaká que da es para limpiar cualquier mala acción de esta vida o en vidas anteriores.