Traducción al Español: Daniel Schulman
255. Ese mercader dijo: Seguramente su libro, EL DE ESE DOCTOR, está en mi poder. Lo heredé del padre de mi padre. Todos los temas de ese libro se basaron en los secretos de la Torá. He encontrado en él misterios ocultos y muchas instrucciones médicas, DE LAS CUALES él dice que uno no puede usar a menos que tenga temor al pecado.
256. Ellos, LOS REMEDIOS QUE FIGURAN ALLÍ, provienen de lo que solía utilizar Bilam. Él solía susurrar encantamientos sobre la enfermedad y pronunciar con la boca y sanaría instantáneamente. Todos ellos son explicados en ese libro. Él dijo que uno está prohibido UTILIZARLO a quien teme el pecado y que otro está permitido USARLO. Porque hay muchas enfermedades, dijo, cuya medicina se deriva de susurrar con la boca. Algunas provienen del aspecto del encantamiento y otras del aspecto de la adivinación. Él afirmó ALLÍ que todos aquellos que están prohibidos pronunciar y prohibidos actuar. Incluso encontré lo que se debe decir en casos de ciertas enfermedades para erradicar las enfermedades. Esto nos asombró mucho.
Traducción al Hebreo:
256. וְהֵם מִמַּה שֶּׁהָיָה עוֹשֶׂה בִּלְעָם, שֶׁהָיָה לוֹחֵשׁ לְחָשִׁים עַל חוֹלֶה, וְהָיָה אוֹמֵר בְּפִיו וּמִתְרַפֵּא מִיָּד. וְכֻלָּם מְבָרֵר אוֹתָם בְּאוֹתוֹ סֵפֶר. וְאָמַר, זֶה אָסוּר, וְזֶה מֻתָּר לְמִי שֶׁיְּרֵא חֵטְא. מִשּׁוּם שֶׁחֳלָאִים רַבִּים אָמַר שֶׁתְּלוּיָה רְפוּאָתָם בִּלְחִישַׁת הַפֶּה. וְאֵלּוּ מִצַּד הַנָּחָשׁ, וּמֵהֶם מִצַּד שֶׁל קֶסֶם. וְכָל אוֹתָם שֶׁאָסוּר לוֹמַר בַּפֶּה וְאָסוּר לַעֲשׂוֹת בְּמַעֲשֶׂה הָיָה אוֹמֵר. עַד שֶׁמָּצָאתִי עַל חֳלָאִים יְדוּעִים שֶׁצָּרִיךְ לוֹמַר כָּךְ, וּלְנַדּוֹת בְּנִדּוּי וּבְשַׁמְתָּא עַל אוֹתוֹ חֹלִי, וְהוּא תְמִיהָה גְדוֹלָה אֶצְלִי.
Comentario de Zion Nefesh:
# 255
El mercader dijo: de hecho heredé el libro de Kartana de mi padre. Todos los secretos del libro se basan en los secretos de la Torá. Encontré secretos ocultos en él, y muchas cosas relacionadas con la sanación no deben realizarse a menos que el sanador tema cometer pecados.
# 256
El sanador sabio tomó los remedios del libro de las acciones de Bilam. Él susurraba palabras mágicas con la boca sobre la enfermedad y curaba instantáneamente a los enfermos.
Todas estas se explican en el libro. Algunas están prohibidas y otras están permitidas para quien teme cometer pecados. Se dice en el libro que hay muchas enfermedades que se curan del lado de la serpiente susurrando con la boca, y algunas se curan del lado de la magia.
A algunos se les prohíbe pronunciar con la boca, y aquellas que están prohibidas actuar se mencionan en el libro. Algunas enfermedades conocidas se encuentran en el libro con lo que se necesita para decir y desterrarlas. Es una gran maravilla.
Lección:
El libro del sanador sabio se basó en los secretos de la Torá. El Santo Arí podía derivar la energía de todo en este mundo a partir de la Torá. Podía escuchar y comprender el ‘lenguaje’ de todo en la naturaleza porque habitaba en la Torá hasta que se convirtió en parte de ella.
Las palabras de Bilam fueron parte de la creación de Hashem y, por lo tanto, la pureza de la Luz está oculta en ellas. Solo las personas sabias, es decir, aquellas que alcanzan el nivel de Jojmá, pueden entender cómo extraer la Luz necesaria de la Torá para la sanación y para cualquier otra cosa que controle la naturaleza.
Grandes Tanaim como Rabí Akiva, Rabí Shimón y Rabí Meir Baal Ha Nes podían resucitar a los muertos, controlar el flujo de los ríos, traer lluvia en el verano seco y convertir el polvo en oro solo con sus pensamientos.
Hoy en día, no tenemos un entorno puro para desarrollar estas habilidades; solo un alma pura, aislada del resto del mundo, puede lograrlo. Entrar en contacto con este mundo los ‘aterrizaría’ casi instantáneamente. Hay historias de Tzadikim que experimentaron una visión negativa y sufrieron mucho por eso.
Nuestro compromiso con el estudio del Zohar nos ayuda a conectarnos con los secretos de la Torá y a elevarnos por encima de otros que no hacen lo mismo.
También podemos elevarnos más alto al meditar y bendecir a otros con nuestros pensamientos y palabras. Si otra persona nos bendice, decimos Amén y, a cambio, la bendecimos diciendo: «Que Hashem te bendiga con todo lo que bendigas a los demás».
Si conoces a la persona, puedes darle una bendición más específica. Siempre tenemos en nuestra conciencia que Hashem es el que otorga bendiciones a los demás. Usamos las palabras para llevar la energía a otros. Como la Tzedaká, las bendiciones nos conectan con la Luz de Iesod, la fuente de todas las bendiciones para el mundo.
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